martes, 27 de diciembre de 2011

Las muertes violentas en Venezuela costaron más de 30 millones de dólares en funerales

La muerte es el final del ciclo de la vida. Una especie de competen­cia en la que se corre por vivir y el premio no es más que el verdade­ro descanso. Pero en esta carrera aparentemente sólo hay ganadores porque todos llegan a la meta. En Venezuela la realidad es que a las pérdidas por enfermedades y por longevidad, se le suma la creciente cifra por muertes violentas. Este hecho hace que comúnmente se tenga que acudir a un funeral o en­tierro, que con el alto costo de la vida, a veces es un precio que la fa­milia del difunto no puede pagar. Quizá quienes pierden son los que todavía corren por su vida.

El servicio funerario es una asis­tencia completa al momento de despedirse físicamente del ser querido. Sus costos varían según la zona donde se encuentre la fune­raria, el material del ataúd al que se aspire y si se solicita alguna prestación adicional. Los precios, sin contar la fosa o cremación, va­rían dependiendo el tipo de urna, rondando desde los Bs. 4.800 a Bs. 30.000. Esto incluiría un féretro, el traslado del fallecido a la funeraria, la preparación básica del difunto, 24 horas de velatorio, servicio de cafetín, oficios religiosos, habita­ción para los familiares, acompaña­miento a diligencias y trámites le­gales, carroza fúnebre al campo santo y de uno a dos vehículos de acompañamiento.

Por otra parte, al servicio base que ofrecen las mayorías de las fu­nerarias, hay conceptos que se de­ben cancelar adicionalmente y que pueden duplicar o triplicar lo ya pa­gado. Partiendo de la base que la fo­sa en el cementerio varía si se tra­ta de uno municipal o privado, tam­bién hay que agregar las ofrendas florales, traslado nacional o inter­nacional, días adicionales en la fune­raria o vehículos extras para el traslado.

Si se escoge el servicio funera­rio más económico de Bs. 4.800 y se le adiciona Bs. 3.000 de una par­cela en un cementerio municipal y le agregamos como mínimo dos arreglos florales de Bs. 320 cada uno, obtenemos la cifra de Bs. 8.440, casi siete veces el sueldo mínimo. Esto multiplicado por las últimas ci­fras dadas por el Instituto Nacional de Estadísticas de las defunciones registradas en el 2008, donde las muertes en el país ascendían a 124.062 habitantes, sin contar con las estadísticas del Ministerio de Sa­lud y manteniendo la cifra para el año 2011, podemos sumar la canti­dad de dinero que gastarían todos los venezolanos afectados por la muerte de un familiar para este año: Bs.1.047.083.280 / $243.507.739,53 aproximadamente.

El dato de la inseguridad
Es natural la muerte, pero no cuando es por violencia. Venezuela es un país donde miles de personas mueren cada año y el déficit que ata­ca el bolsillo del venezolano, que no esperaba la muerte de un cercano, es un doble golpe para los familiares de la víctima. En 2011 tendrían que gas­tar Bs. 136.728.000 / $31.797.209,30 si se pone como base las muertes violentas de 2010: 16.200 personas, cifra que ha venido in crecento des­de la última década.
Ya es costumbre que familiares que han sido tocados por la muer­te debido a la inseguridad hagan constantes búsqueda de sitios en donde velar a su ser querido. Según las casas funerarias, señalan que los fines de semana la cifra de servicios velatorios ascienden, llegando a te­ner de 3 a 5 difuntos, por lo que en algunos casos trasladan la disponi­bilidad a otras funerarias por falta de espacio.

Los infantes también padecen
Conocidos en la jerga funeraria como “angelitos”, los servicios pa­ra niños también son ofrecidos. Aún cuando el dolor es irreparable an­te la pérdida de un ser tan inocen­te, suelen ser más costeables. Las urnas pueden oscilar entre Bs. 3.000, un modelo C-A, el más eco­nómico, y Bs. 5.000, si es de made­ra. Aunque la tradición no es velar las 24 horas al niño o niña, según sea el caso, el servicio incluye todo lo concerniente a un funeral.

Que no lo agarren desprevenido
Ante un momento tan imprevis­to como es la muerte, muchas per­sonas son pudorosas a la hora de contratar este tipo de servicios o abordar este tipo de temas, que­dando totalmente desamparadas frente a un fallecimiento. Pero de­be recordar que, como parte del ci­clo de la vida, nadie está exento. Pa­ra evitar caer en un gasto que pu­diera comprometer su ingreso mensual, existen diversas asegura­doras y servicios previsivos que in­vitan a tender una mano amiga al momento de la muerte. Algunas de éstas, pueden brindar un buen ser­vicio por un costo mínimo anual, el cual puede cancelar por cuotas se­gún la economía de su bolsillo. Pa­ra una familia de 4 personas en la que la integran 2 hijos menores de 31 años y padres menores a 80 años, puede obtener un seguro pre­miun, por el costo de Bs. 2.772 anualmente.

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